Gabriela Acher: "En mi generación fuimos muy reprimidos por nuestros padres"


Gabriela Acher vuelve a Mar del Plata con su unipersonal “Algo sobre mi madre (Todo sería demasiado)". La actriz se presentará el viernes 25 y el sábado 26 de mayo a las 21:30 hs. en el Teatro Enrique Carreras (Entre Ríos 1828).
 El nombre de Gabriela Acher está asociado al teatro, el cine y la televisión, tanto como a los máximos referentes del humor por sus trabajos junto a Tato Bores, Antonio Gasalla, Alberto Olmedo y Jorge Porcel, y sus intervenciones en programas cómicos legendarios como Telecataplum y La Tuerca. Por su experiencia de vida personal y artística, Acher realizó una carrera por demás prolífica, capaz de interpretar sus propios textos de manera brillante y con sello propio. Así fue como estuvo siete temporadas con "El amor en tiempos del colesterol", éxito que está repitiendo con el nuevo unipersonal.
En "Algo sobre mi madre" (Todo sería demasiado), Gabriela Acher explora la relación madre-hija desde su lugar de hija, y la relación madre–hijo desde su lugar de madre a lo largo de una hora y cuarto desopilante. Desnudando el hecho de que todos somos inexorablemente hijos de nuestro tiempo, Gabriela Acher sostiene: "Cuando yo era chica, no había ningún respeto por los chicos. Ahora que soy grande, no existe ningún respeto por los grandes. O sea, que yo, al respeto, nunca lo vi pasar, me lo perdí de ida y de vuelta." Acher demuestra con hechos contundentes, que tanto el psicoanálisis (que apareció entre la generación de su madre y la suya), como la tecnología (que apareció entre la generación de su hijo y la suya), sólo sirvieron para ahondar la falta de respeto hacia las madres que como ella pertenecen a la "generación bisagra". Un recorrido humorístico sin igual que va desde su infancia pasando por la adolescencia, la adultez y maternidad, perseguida por la insatisfacción materna.
El unipersonal se basa en su cuarto libro editado. "Tenia tres libros escritos sobre el vínculo hombre-mujer, que es algo que nos importa mucho a las mujeres", comenta a la actriz en diálogo con ShowMardel. "Entonces pensé que tenía que escribir otra cosa que nos importara. Así que se me ocurrió hablar sobre la maternidad, porque es un tema que si sos mujer en algun momento de tu vida te lo vas a plantear, para sí o para no. Sobre todo cuando estás llegando a los cuarenta y el reloj biológico te empieza a volver loca. Me di cuenta que la maternidad bien entendida empieza por la propia madre. Es ahí donde surge tu modelo e imagen de mamá, para hacer lo mismo o lo contrario. Así que pensé en mi madre y me di cuenta que tenía mucho material para este libro, y escribí como hija y como madre".
Una tendencia muy común es la de no querer repetir ciertas pautas de educación que tuvimos por parte de nuestros padres con las que no estuvimos de acuerdo. Al respecto, Acher contó: "Traté de hacer todo lo opuesto a lo que hizo mi mamá, y me equivoqué, porque tampoco era eso. El resultado es que mi hijo salió igual a mi madre, entonces no era negocio. Me parece que es un circuito que se repite inevitablemente. Hay un momento en tu vida en el que te das cuenta que tu madre no estaba tan equivocada. En mi generación fuimos muy reprimidos por nuestros padres, sobre todo a las mujeres. Es por ello que le dimos más libertad a nuestros hijos para hacerlo distinto. El resultado no fue óptimo. La verdad debe estar en el medio, ni tanta represión, ni tanta libertad. Una cosa un poco más equilibrada".
 “Algo sobre mi madre (Todo sería demasiado)" es el tercer unipersonal de Gabriela Acher. Los anteriores fueron "Humor se escribe con Acher" (que escribió junto a Betty Couceiro), y "Memorias de una princesa judía" (con dirección de Mercedes Morán). Trabajar sola en el escenario, es toda una experiencia, distinta a ser parte de un elenco. Muchos actores suelen hacerlo durante un tiempo, pero luego extrañan el estar acompañados en escena. "Yo no extraño nada", afirmó. "Mi otro actor es el público y es el mejor actor que he tenido cerca. Hay un comunión muy grande. Se produce una cosa fantástica, que es la risa compartida. Creo que la tarea del teatro es mostrar nuestra propia humanidad. Contándote lo que me pasa a mí, vos te ves reflejado. Nos reímos todos de lo mismo, de mi pero de ellos. Así que no me hace falta estar con otro actor en el escenario, al menos en esta etapa de mi vida".

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